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María Fiódorovna

María Fiódorovna

Princesa de Schleswig-Holstein-Sonderburg-Glücksburg y más tarde princesa Dagmar de Dinamarca, nació el 26 de noviembre de 1847 y murió el 13 de octubre de 1928.

Fue emperatriz consorte de Rusia como esposa del emperador Alejandro III. Era la segunda hija del rey Cristián IX de Dinamarca y Luisa de Hesse-Kassel. Entre sus hijos estuvo el último monarca ruso, el zar Nicolás II, a quien ella sobrevivió por diez años.

El Zar Alejandro II de Rusia eligió a Dagmar, como futura esposa para su hijo, el Nicolás Aleksándrovich Románov, pero el joven murió de meningitis en marzo de 1865; la mayor parte de su vida, sería conocida como María Fiódorovna (en ruso Мария Фёдоровна) nombre que tomó al convertirse a la fe ortodoxa inmediatamente antes de su matrimonio con el futuro Zar, el título de heredero pasó a su hermano, el futuro Alejandro III de Rusia y con él, la Princesa Dagmar.

El 1 de octubre de 1866 Dagmar partía hacia Rusia, para casarse con Alejandro el día 9 de noviembre, fue cariñosamente recibida en Kronstadt por Alejandro II de Rusia y toda su familia. Dagmar se convirtió a la fe ortodoxa, pasó a llamarse María Fiódorovna y recibió el título de Muy Creyente Gran Duquesa de Rusia.

La Gran Duquesa era bonita y popular. Inmediatamente estudió el idioma y las costumbres rusas, y raramente interfería en la política, prefiriendo dedicar su tiempo y energías a su familia y a instituciones benéficas. Su única aversión fue hacia la milicia alemana, debido a la anexión de territorios daneses tras la Guerra de los Ducados.

El 13 de marzo de 1881, Alejandro II, murió asesinado y su hijo lo sucedió en el Trono de Rusia como Alejandro III. El pueblo no estaba del todo contento con el nuevo Emperador pero adoraban a su nueva Emperatriz.

El Heredero al trono de Rusia, Nicolás, estaba enamorado de la Princesa Alejandra de Hesse-Darmstadt, pero tanto Alejandro como María reprobaban dicha unión.

El 1 de noviembre de 1894, Alejandro III murió a los 49 años, en Livadia, Rusia. Antes de morir, Alejandro le dio permiso a Nicolás para que se casara con Alix. María tenía gran influencia en la Familia de los Románov y fue elogiada por su tacto y habilidad diplomática. Sin embargo, no llevó una buena relación con su nuera, la ahora llamada Alejandra Fiódorovna. En noviembre de 1894, María se trasladó al Palacio de Ánichkov, en San Petersburgo, donde permaneció hasta el comienzo de la revolución en marzo de 1917. Tras el estallido revolucionario, María se trasladó a Kiev, donde trabajó para la Cruz Roja. Cuando su vida comenzó a correr peligro, debió viajar a Crimea. Allí recibió la información de que la familia imperial, Nicolás, Alejandra, sus hijas (Olga, Tatiana, María y Anastasia) y su hijo (Alexéi Nicoláyevich) habían sido ejecutados por los bolcheviques, pero rechazó el informe diciendo que era sólo un rumor. Hasta su último día de vida, se aferró con vehemencia a la idea de que habían escapados con vida. La verdad era demasiado dolorosa de soportar.

A pesar del derrocamiento de la monarquía (1917), la Emperatriz María al principio rechazó dejar Rusia, hasta que en 1919, convencida por su hermana Alejandra, se marchó de mala gana hacia Londres en el buque de guerra HMS Marlborough, que su sobrino Jorge V había dispuesto para ella. Finalmente regresó a su Dinamarca natal, escogiendo como su casa Hvidøre, su antiguo chalet de vacaciones cerca de Copenhague.

María falleció el 13 de octubre de 1928 en el Palacio Hvidøre.

En el año 2005, los gobiernos de Rusia y Dinamarca, acordaron que los restos de la Emperatriz podían ser enterrados en San Petersburgo, como fue su deseo.

Finalmente, el 28 de septiembre de 2006, sus restos fueron enterrados junto a los de su esposo, en la Fortaleza de San Pedro y San Pablo, casi 78 años después de su muerte.

De acuerdo a una disposición del presidente ruso, Vladímir Putin sobre los funerales de María Fiódorovna, firmada en octubre de 2004, fue creado un comité gubernamental responsable de la sepultura de los restos de la Emperatriz, encabezado por el ministro ruso de Cultura, Aleksandr Sokolov.

En su testamento, la emperatriz expresó su voluntad de ser sepultada junto a su esposo y, en junio del 2001, la casa real danesa autorizó la exhumación de sus restos del cementerio de la catedral de Roskilde, en Copenhague, para su traslado a San Petersburgo.

En septiembre de 2006, los restos de la Zarina son transportados en un barco que zarpó de Copenhague y que demorará tres días en llegar a San Petersburgo.

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