Nieta de un notario e hija de abogado, formó su espíritu en la extensa y variada biblioteca familiar. La riqueza de las ideas adquirida a través de la lectura y ampliada por su imaginación, contrastaba con la pobre realidad de su aldea natal, O Carballiño. Se licenció en Santiago con un sobresaliente en 1921, y dos años después obtuvo el premio extraordinario de fin de carrera de la Licenciatura de Ciencias, convirtiéndose en la primera licenciada oficial de la carrera de farmacia.