Mª Dolores Andreo Maurandi
Pintora y poeta Murciana. Nació en Alhama de Murcia el 16/04/1934 y falleció el 13/06/2006.
Estudió magisterio en Murcia, donde conoció al pintor Luís Garay, quien descubrió su vocación y le animó a estudiar Artes y Oficios siendo su profesor un año. Al terminar sus estudios Mª Dolores decidió irse a Madrid y vivir de la pintura; allí continuó sus estudios en dibujo, desnudo y litografía con Eduardo Peña y Dimitri Papagueorguius.
En 1960, realizó exposiciones colectivas en Madrid, y su primera exposición individual es en las salas de la Casa de la Cultura de Murcia. Posteriormente se sucedieron otras en la sala Minerva de Madrid y en Alicante y Cartagena. Sus primeras obras en estas exposiciones son litografías y, su tema, Cristo; sorprende a todos y ella se confiesa “expresionista". Dijo de su cristo: “es amargo, crispante; está terriblemente solo, aullante de dolor; nos pide a gritos amor, ternura, es la víctima”. Fueron fundamentales estas caras para la vanguardia pictórica de la época: podemos ver su influencia en la obra de grandes artistas de su generación, sin que nadie se refiera a ella como la creadora de esas formas y estilos.
Sobre este Cristo de Mª Dolores, se han escrito poemas y Carmen Conde escribió un ensayo titulado “¿Fue de esta suerte la semblanza vuestra?”. Esta exposición fue llevada a Salamanca, Valencia y Barcelona, con gran éxito de crítica. A partir de aquí, mezcló la litografía y el óleo, alternando espátula y pincel.
En 1964, ganó la medalla de plata en el Salón Nacional de Pintura celebrado en Murcia y su obra fue seleccionada para diferentes exposiciones internacionales celebradas en Valencia, Barcelona, París, La Haya, Montecarlo, Munich, Gelsenkirchen y Essen.
A los cinco años de su estancia en Madrid entró por la puerta grande a la galería de más prestigio de la ciudad, reservada a los grandes nombres, la sala “Biosca”. Presentó grabados, óleos y acrílicos, junto con la litografía. La critica se rindió ante ella y la modernidad y vanguardia de su obra, en una época en que el arte estaba reservado a los hombres.
El poeta José Hierro, fue uno de los que se rindió ante la obra de Mª Dolores, dijo: “ve y siente la línea y con ello, aún tendiendo al expresionismo, aún no siendo constructivista, tiende a la construcción, es, en suma, capaz de componer un cuadro”.
Le concedieron la beca de la Fundación March y fue seleccionada para acudir con sus heliografías a dos de las bienales más importantes del mundo, la de Sao Paulo y la de Ljubjana.
Viajó a Italia para completar su aprendizaje y posteriormente en los años setenta expuso en Buenos Aires, Johannesburgo y París.
Siguió investigando en la técnica pictórica apartándose de las modas y de los oportunismos. Pintaba obsesionada por lo plástico; es su base, junto a la idea de la mar, principio y fin de todo.
En 1972 el arte de Mª Dolores se radicalizó armónicamente. Expuso en las galerías Ramón Durán y Séiquer, y también en Tenerife, Las Palmas, Murcia, Alicante, Italia y Lisboa.
En los años ochenta, en su plenitud artística, la mar siguió siendo el símbolo más importante en su pintura y, como mujer, recae en ella para obtener el espíritu de esa “libertad”, que tanto necesitaba para vivir.
Es en 1980 cuando se deja leer como poeta. Su timidez y modestia no lo hicieron posible hasta entonces. Publicó su libro “Ni una palabra mas”, que fue presentado en el Ateneo de La Laguna (Canarias); decía que la poesía era su medio de expresión cuando no podía hacerlo con los pinceles, que no pretendía nada con sus versos, sólo que si a alguien le gustaban, era suficiente; en Madrid el libro fue presentado en la librería Antonio Machado por el poeta José Hierro, que tantas veces escribió sobre la pintura de Mª Dolores.
Le gustaba vivir diciendo lo que sentía, lo que pensaba y utilizando su libertad en todo el sentido de la palabra, respetando la libertad de los demás. No dejó de ser rotunda en su poesía, como lo era en sus cuadros, sus marinas y su vida. Éste fue su único libro de poemas, pero en 1995 nos hizo un maravilloso regalo: colaboró como ilustradora y como poeta, en una antología de poesía en las diferentes lenguas de España, titulada, “Brújulas Brujas” (EDT. Derzet i Dagó, Valencia). Lo hizo con cariño, solidaridad y amor a las diferentes formas de expresión artística. Ella quiso que se dijera de sí misma en este libro lo siguiente: “actualmente, de vez en cuando, se sienta en el fondo de la mar y descansa a la vida; a veces nada”.
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