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María Ana Sanz

Mª Ana Sanz

María Ana Sanz nace el 29 de abril de 1868, en Irañeta, valle de Arakil. Fue una mujer adelantada a su tiempo y fue ampliamente reconocida por sus contemporáneos como pionera en educación y acción social, durante el primer tercio del siglo XX.

María Ana realizó sus estudios en Pamplona y Zaragoza. Acudió al Colegio Huarte y cursó estudios de Magisterio en los grados Elemental, Superior y Normal con brillantes calificaciones.

Durante su época de alumna de la Universidad de Zaragoza y en Madrid, se pondrá en contacto con movimientos de renovación intelectual y educativa y, muy en especial, con la Institución Libre de Enseñanza.

Contrajo matrimonio en Pamplona a los 22 años, en 1890 en la Parroquia de San Lorenzo, con Teodoro Navaz. María Ana tendrá en su marido el respaldo, la estabilidad afectiva y emocional tan necesaria para su actitud positiva ante la vida.

Su intensa vida profesional se inicia al ser nombrada, en virtud de oposición, profesora Numeraria de la Sección de Letras de la Escuela Normal de Pamplona, en el año 1901.

A partir de este momento, compaginará su vida laboral con la familiar, y nacerán sus hijas María Juana, María Ana, Amelia, Isabel y Esther.

En 1906, será nombrada Directora de la Escuela Normal iniciando una intensa vida activa que la convertirá en pionera de actividades de liberación de la mujer y de renovación educativa.

Su gran obra fue la Escuela Normal de Maestras, que transformó en un Centro innovador para la educación de maestras y en Centro neurálgico de la actividad cultural de Pamplona. Efectivamente, durante su dirección se transformó la Escuela Normal de Elemental en Superior, y se establecieron reformas educativas que permitieron la creación de nuevas cátedras –como la de euskera– y la introducción de corrientes pedagógicas nuevas en la línea de la Escuela Nueva, método Montessori... introducción de métodos nuevos de educación física y un largo etc. Durante su dirección, en la sedes de la Escuela y en la Escuela Aneja de San Francisco se celebraron congresos, ciclos de conferencias, conmemoraciones de Centenarios: Lope de Vega, Concepción Arenal, Pestalozzi... y solemnes fiestas del Libro. También será la sede de obras creadas bajo su influencia: Asociación de Antiguas Alumnas, Escuela de Hogar para mujeres obreras, entre otras.

Un capítulo aparte lo constituyen las obras llamadas por ella “benéficas”: Cantinas, Colonias de Verano, Ropero Escolar y Escuela de Verano (1909-1931), que creó en Navarra y de las que se ha informado recientemente en Euskonews (n.º 483), en un artículo realizado para conmemorar el Centenario de las Cantinas Escolares de Pamplona.

Sus actividades educativas se completarán con otras de rehabilitación de los niños delincuentes, a través de su acción como Vocal del Primer Tribunal del Menor, en 1923. El contacto con estos niños le llevará a una acción directa con ellos y a una participación en foros diversos, aparte de su cátedra de Pedagogía, para prevenir el problema de la delincuencia infantil.

Siguiendo los pasos de Concepción Arenal, a la que tanto admiraba, prestará una atención especial a los débiles y marginados: enfermos, ancianos y, sobre todo, a los presos a los que visitará y atenderá. En alguna circunstancia se implicará profundamente para evitar la ejecución de un reo, sin conseguirlo.

Como miembro que era de la Cruz Roja, tratará de mejorar las condiciones de los soldados durante la guerra de Marruecos.

En 1931, con la llegada de la República, María Ana será confirmada en su puesto por la administración, gracias al voto unánime del claustro de profesores. No obstante, al unirse las dos escuelas de magisterio, hasta ese momento divididas por sexos, la Administración cesará a María Ana como Directora mostrándose favorable a la dirección masculina del Director, Mariano Sáez Morilla.

Ni el cese de la dirección, aunque fue nombrada vicedirectora en 1934, ni la muerte de su marido en 1932 paralizarán la actividad de Maria Ana, que seguirá incansablemente sus actividades como miembro del Consejo Provincial de Primera Enseñanza, profesora de Pedagogía, miembro del Patronato de Honor, junto con Campión, del Ateneo de Navarra desde su fundación en 1932, conferenciante y articulista. Participará, como presidenta, en diversos tribunales de oposiciones y presidirá certámenes literarios. A destacar, en esa línea, que fue ella quien presidió el Tribunal que otorgó un primer premio a Blas de Otero.

También continuará luchando con energía en el mantenimiento de las instituciones benéficas del niño así como en la rehabilitación de menores. Contribuirá al buen funcionamiento de instituciones como la Escuela de Hogar, de la que será presidenta honoraria.

A lo largo e su vida, será una infatigable viajera, a pesar de los precarios medios de comunicación de la época.
Apasionada lectora, le interesa la literatura española, los autores clásicos y, muy en especial, la pedagogía, el ensayo y la filosofía. Serán frecuentes en sus escritos las citas de los grandes filósofos de la Historia.

Su valoración del libro queda mostrada en muchos de sus escritos. Se selecciona aquí lo incluido en una conferencia que, con el título “Comentario de libros pedagógicos”, pronunció en Pamplona para inaugurar la feria del libro del Ateneo de Pamplona :
Las solemnes celebraciones del día del libro en la Escuela Normal, la creación de las bibliotecas volantes, la afición a la lectura de muchos de sus alumnos y de su familia, todos compulsivos lectores  son indudables muestras de su pasión por la lectura.

Hasta unos días antes de su muerte, que tuvo lugar el 25 de mayo de 1936, estuvo impartiendo clases. Su mayor preocupación, cuando cayó gravemente enferma, era la calificación justa de sus alumnos. Por ello, estuvo dictando las notas a una de sus hijas para que fueran evaluados correctamente. Su vida durante las semanas anteriores fue de gran actividad ya que, durante el mes de mayo, dio varias conferencias, haciendo real la frase “murió, como los héroes, al pie del cañón”, que aparece en una de las muchas necrológicas que se escribieron. Murió, como vivió, rodeada de las atenciones y del cariño de sus hijos y nietos a los que tanto había amado.

Fuente: euskonews

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