Carmen Amaya
Bailaora y coreógrafa española (Barcelona, 1913-Bagur, Greona, 1963). De procedencia gitana, debutó acompañada de su padre, el guitarrista José Amaya el Chino, en el Teatro Español de Barcelona, cuando sólo contaba cuatro años. Desde ese momento empezó a ganarse la vida bailando en bares y tabernas. En 1929 formó, junto a su tía la Faraona y su prima María, el Trío Amaya, con el que actuó en París. Desde 1935, y ya en solitario, realizó diversas giras que la llevaron a actuar en los principales escenarios americanos y europeos, siendo su aportación esencial en la difusión del flamenco más allá de las fronteras españolas. De Carmen Amaya se ha dicho a menudo que había nacido con el baile dentro, con un demonio o un duende llenos de vida y de pasión. Su estilo revolucionó el flamenco, al prestarle un aire y un gesto inimitables y desconocidos hasta entonces. Desaparecida prematuramente, su arte ha quedado plasmado en algunas películas, de las que la más importante es Los Tarantos (1962).