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Consuelo Liñeira García

Consuelo Liñeira García fue una mujer gallega de origen humilde cuya vida se convirtió en un símbolo de la lucha por la justicia laboral y la dignidad de la mujer trabajadora en el siglo XX en España. Su historia, que ocurrió en el contexto de las conserveras gallegas a principios de siglo, resalta la explotación y la precariedad que enfrentaban las mujeres.

Liñeira es recordada por un acto de gran valentía sindical. En un momento en que las obreras de las conserveras eran las más explotadas, con jornadas larguísimas y salarios míseros, Consuelo Liñeira se destacó como una líder natural que ayudó a organizar a sus compañeras. Afrontó directamente a los patrones y a las autoridades, exigiendo mejores condiciones. Aunque la información sobre su vida es fragmentada, su papel en la resistencia obrera femenina y su determinación en la defensa de los derechos laborales hacen de ella un ejemplo de lucha de clases con perspectiva de género, demostrando que las mujeres fueron protagonistas esenciales en el nacimiento del movimiento sindical.

Empezó su carrera como emprendedora con un negocio de tejidos llamado “A Favorita”. Cuando logró acumular un pequeño capital, fruto de su trabajo, modificó y cambió la empresa hasta convertirla en unos almacenes de prestigio, que no tenían nadad que envidiar a los almacenes de hoy en día. Allí se vendía desde ropa interior hasta abrigos de piel, y compraba la flor y nata de la ciudad para lucir lo último en moda llegado de ciudades punteras como Madrid, Milán o París, ya que Consuelo viajaba con frecuencia al extranjero para abastecer su negocio, “La Palma”, con las últimas tendencias. Como mujer dinámica y emprendedora que era, realizó una pasarela para dar a conocer la moda del momento, llegando a desfilar ella misma. Fue la primera pasarela de modas que se hizo en La Coruña, en el año 1955, y la idea se trasladó a las principales ciudades gallegas. Consuelo Liñeira formaba parte de la sociedad familiar “Liñeira y Cia S.R.C.” que en el año 1964, y a través de la denominada “Parcelarias Urbanas en LA Coruña”, se constituyó como promotora dedicada a la venta de fincas y a la construcción de viviendas. A través de este negocio construyó el “Polígono dos Rosais” formado por 5000 viviendas, locales comerciales, zonas verdes, bancos y otros servicios. Creó la sociedad mercantil “Canteras Pedregosa” en el año 1963, que explotaba unas canteras que se utilizaron para las obras de ampliación del aeropuerto de Compostela. Su visión comercial y su carácter inquieto la llevaron a Madrid donde fundó una empresa hotelera y la boutique “Vestiré” de la famosa calle Preciados. Luchando contra los estereotipos sexistas que reservaban a las mujeres cierto tipo de trabajos y aficiones atendiendo a su género, culturalmente adquirido, Consuelo poseía el título de Piloto Civil, conducía motocicletas de alta cilindrada, y tenía tiempo para compartirlo con su familia. Su personalidad vanguardista y transgresora fue objeto de curiosidad para escritores como A. González Catoyra.

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