Pilar Roldán
Esgrimista olímpica. Nació el 18 de noviembre de 1939. Hija de Angel Roldán y María Tapia, que le inculcaron el amor al deporte. Su padre, fue uno de los mejores raquetistas en el ámbito nacional, y su madre, triple medallista en los Juegos Centroamericanos y del Caribe en El Salvador, campeona en singles y en mixtos.
Inicia su pasión por el esgrima, deporte que empezó a practicar a los 13 años bajo las órdenes del profesor italiano Eduardo Alajino, hombre de reconocida calidad a nivel mundial en la disciplina y quien la preparó de tal modo que para 1955, con apenas 15 años de edad, formó parte de la delegación mexicana que participó en los II Juegos Panamericanos, celebrados en la Ciudad de México, y en la cual también sus padres representaron al deporte azteca. Sin duda un hecho insólito, pues una familia entregada al deporte representaría a su país.
En esa ocasión Pilar Roldán no ganó una presea, pero sí fue un inicio alentador en competencias internacionales. A partir de entonces participó en los Juegos Centroamericanos y del Caribe de 1959 celebrado en Caracas, Venezuela, donde obtuvo la presea de bronce, y en los de 1962, disputados en Kingston, en los que ganó medalla de plata.
Ya con un roce internacional, a principios de 1956, año olímpico, Pilar Roldán participó en el torneo selectivo para competir en Melbourne. Esa ocasión logró su objetivo: con sólo 16 años de edad, obtuvo su pase al certamen deportivo más importante del mundo.
Un año más tarde era parte del contingente mexicano y se convertía en la segunda esgrimista mexicana en participar en los Juegos Olímpicos, su única antecesora era Eugenia Escudero, quien compitió en Los Ángeles 1932.
Ante esta experiencia, el padre de Roldán decidió apoyar económicamente a su hija para que ella participara en más competencias internacionales. Por ello es que en agosto de 1959 se proclamó campeona del abierto estadounidense de esgrima. Un hecho increíble no sólo para México, sino para todo el continente y que por el cual la floretista tricolor sería considerada la número uno de América.
Al ya no tener a rivales tan fuertes en la zona, la mexicana viaja a Europa para iniciar su preparación con miras a los Juegos Olímpicos de roma 1960. Ahí se lleva los abiertos de Holanda y de Alemania Federal además de obtener el cetro del internacional de campeonas nacionales. En París finalizó séptima en una prueba que reunió a cien floretistas y después ganó la medalla de bronce en un torneo realizado en Luxemburgo.
En la edición de las Olimpiadas de1960, Pilar Roldán encabezó la delegación mexicana pues sería ella la abanderada tricolor, convirtiéndose en la primer mujer en portar el lábaro patrio de su país en una competencia deportiva como ésta.
A su regreso a México se casó y tuvo su primer hijo en 1961. Aunque eso no sería motivo para truncar una carrera deportiva que iba en ascenso y que tendría una merecida recompensa, a pesar de que estuvo a punto de ser interrumpida por una decisión errónea de Clark Flores, presidente del Comité Olímpico Mexicano, pues él decidió que no iría ningún esgrimista a las olimpiadas de Tokio ya que consideraba que no había floretistas de calidad.
Después de la amarga experiencia de no haber asistido a los Juegos Olímpicos de Tokio, Pilar Roldán decidió prepararse lo mejor posible para dar una extraordinaria actuación en México 1968, y demostrar que Flores estuvo equivocado al no haber enviado a ningún esgrimista a la justa veraniega de 1964. El resultado: medalla de plata.
¿Qué le faltaba a una mujer que ya era medallista centroamericana, panamericana y olímpica, y que por lo cual su nombre ya estaba escrito en la historia del deporte con letras doradas?, por supuesto nada más que refrendar títulos en las diversas competencias, lo cual sucedió en 1988, cuando Pilar conquistó el primer sitio del Centroamericano y del Caribe efectuado en México y se situó en segundo lugar en el torneo internacional de Río de Janeiro.
Los reconocimientos no se harían esperar pues así como ella sería la primera mujer mexicana medallista olímpica, sería también la primera mujer miembro permanente del COM, primera integrante del comité ejecutivo del COM, primera presidenta de la Confederación Mexicana de Esgrima y primera integrante del Comité Ejecutivo de la Federación Internacional de Esgrima.
Una dama cuyo destino le marcó abrir brecha en todo lo que se proponga, pero cuyo mejor regalo es ser un aliento para las demás mujeres mexicanas que desde entonces han luchado por tener igualdad de oportunidades y que en este siglo XXI ya es toda una realidad.
Fuente: emujeres